Este domingo, 23 de abril, el Teatro Real presentará, en versión de concierto, Tolomeo, rey de Egipto, último título de Georg Friedrich Händel (1685-1759) para la londinense Royal Academy of Music, protagonizada por una de las voces más reconocidas y demandadas en la actualidad por el público amante del barroco, la del contratenor polaco Jakub Józef Orliński.
Hace justo un año, este joven intérprete subía al escenario del Teatro Real por primera vez para ofrecer una selección de arias de diversos autores como carta de presentación. Precedido por un enorme tirón mediático, demostraba que su frescura y desenfado envolvían un intérprete virtuoso, de extraordinaria técnica, sabia interpretación y una enorme capacidad para transmitir emoción. Regresa ahora con una ópera completa acompañado por la formación Il pomo d’oro, como en la otra ocasión, de nuevo bajo la dirección de Franceso Corti.
Junto a Orlinski se escucharán las voces de la soprano Melissa Petit, como Seleuce; el bajo Andrea Mastroni, en el rol de Araspe; la soprano Giuseppina Bridelli, dando vida a Elisa, y el contratenor Paul-Antoine Benós-Djian encarnando a Alessandro.
En la trama, la Cleopatra que urde entre bambalinas los siniestros ardides que componen la trama de esta ópera no es la misma que protagonizó, cuatro años antes, Julio César en Egipto, sino su bisabuela. Sus perversiones la convierten, no obstante, en una figura operística de primer orden: tras eliminar a su marido –Tolomeo VIII–, eleva al trono a su hijo Tolomeo IX –el titular de la ópera–, pero luego, insatisfecha, lo destierra y da el poder a su hermano menor –Tolomeo X, el Alessandro de la ópera–. Este recibe el encargo de matar a su expatriado hermano –exiliado con un falso nombre en la isla de Chipre– pero tras varios asesinatos frustrados, un intento de violación y un envenenamiento fallido, el amor fraterno se impone a los abominables designios de la fatal reina.
Händel basa su composición en la ópera Tolomeo e Alessandro, con versos de Carlo Sigismondo Capece y música de Domenico Scarlatti estrenada en Roma en 1711 bajo la protección de la reina María Casimira de Polonia, pero con un argumento más sencillo y un número más reducido de arias, otorgando un mayor protagonismo a Tolomeo y a Seleuce, convirtiendo al primero en un héroe clásico, firme ante la adversidad y aferrado a sus principios, entregado hasta el suicidio si es necesario.
La ópera exige cantantes de enorme expresividad, agilidad vocal y limpieza de timbre, para abordar una partitura compuesta por una sucesión de recitativos, ariosos, arias y duetos enmarcados en una concepción estructurada entre la tradición pastoral y el drama heroico. Un título poco frecuente –que ya pudo escucharse en el Real en 2009, con Il Complesso Barocco, bajo la dirección de Alan Curtis y protagonizada por Sonia Prina - con un elenco artístico de primer nivel para una función única.
Foto: El rey de los contratenores, Jakub Józef Orliński, regresa al Teatro Real / © Javier del Real