Cuando en febrero de 2023 me anunciaron que había sido admitida en el Máster en guitarra clásica del Conservatorio Nacional Superior de París, no cabía en mí de contento. Llegado el mes de septiembre, me parecía estar soñando mientras me acercaba por primera vez a aquel edificio de diseño y me adentraba en su puerta giratoria, de escala sobrehumana. No podía imaginar que, meses más tarde, me vería involucrada en una situación tan alarmante como la que estamos viviendo actualmente en el Conservatorio, que afectará de lleno a mi segundo año de Máster en esta magnífica institución.
Históricamente, el Conservatorio Superior de París cuenta con dos clases de guitarra clásica, de 8 alumnos cada una. La primera clase fue fundada en 1969 por Alexandre Lagoya, y la segunda, por Alberto Ponce: los máximos representantes de dos grandes escuelas de guitarra clásica, la francesa y la española.
Al final de este curso escolar, en junio de 2024, Olivier Chassain (que ha sucedido a Alexandre Lagoya como profesor desde 1994) se jubila, y la dirección ha tomado la decisión de cerrar su clase. Se perderán 4h (4 alumnos), mientras que los 4 restantes serán asignados al otro profesor, Tristan Manoukian. Lo que nos ha indignado profundamente de este proyecto, además de la pérdida de horas, es la pérdida de diversidad pedagógica. Para nosotros es fundamental mantener, como mínimo, dos clases de guitarra (solo en Madrid, por ejemplo, hay 5), para permitir que coexistan varias visiones complementarias del instrumento, que se enriquezcan entre sí, y que los alumnos cuenten con la posibilidad de elegir entre ellas.
Lo más trágico es que esto forma parte de un plan estratégico mucho más ambicioso, que ha sido puesto en marcha desde la dirección de forma unilateral y deliberadamente opaca. La directora, Émilie Delorme, pretende comenzar a cerrar clases o disminuir sus efectivos según se vayan jubilando los profesores. Al principio se nos dijo que el cierre de clases era una orden del propio Ministerio de Cultura, del cual depende el presupuesto para los sueldos de los profesores, pero más tarde la propia directora desmintió esta información en un artículo en la prensa. Por lo tanto, hasta la fecha no hemos recibido ninguna explicación convincente: todo apunta a un tema de presupuesto general y de redistribución interna de las prioridades. Simplemente, es una pena que la prioridad de la segunda “mejor escuela del arte del espectáculo en el mundo” (como ha sido clasificado el Conservatorio Superior de París recientemente) no sea la calidad pedagógica ni la satisfacción de sus alumnos.
Esta decisión, además de formar parte de un plan que pone en peligro la calidad de las enseñanzas artísticas superiores en Francia, supone un golpe trágico para la guitarra, un instrumento de por sí denigrado e infrarrepresentado en los conservatorios superiores (en el otro superior, en Lyon, directamente no existe ni una clase de guitarra). Es cerrar los ojos a la realidad de un instrumento que se encuentra actualmente en plena efervescencia.
La guitarra clásica dejó hace tiempo de ser “nuestra” (“española”), su prestigio internacional como instrumento de concierto no ha dejado de aumentar desde principios del siglo XX. Actualmente, en los conservatorios Elemental y Profesional franceses, la demanda de plazas en guitarra es muy superior a la oferta, lo cual obliga a abrir cada vez más clases de este instrumento.
Los alumnos del Conservatorio Superior, e incluso los propios profesores, hemos sido informados de este plan de supresión de clases tras semanas de rumores, varios meses después de que la decisión haya sido tomada. No obstante, antes de Navidad, nos ha dado tiempo a organizar varios días de movilización en el Conservatorio, con piquetes informativos, distribuyendo panfletos y pegando carteles. En enero, las movilizaciones continuarán. Queremos que la presión creciente haga reflexionar a la dirección, y que así dé marcha atrás en este proyecto tan impopular.
Hemos recibido el apoyo de profesores y alumnos de todas las disciplinas. Toda la comunidad internacional de la guitarra se ha pronunciado en contra de esta decisión injusta, y grandes guitarristas han denunciado el tema en entrevistas o reuniéndose directamente con la dirección (Thibaut Garcia, Raphaël Feuillatre…).
Recientemente, el tema ha saltado a los medios de comunicación, y hemos sido entrevistados por la Radio Nacional Clásica francesa, periódicos y revistas especializadas en música. Además, hemos creado una petición en Change.org que lleva recogidas más de 6.000 firmas:
https://www.change.org/p/empêchez-la-suppression-d-une-classe-de-guitare-au-cnsm-de-paris
Finalmente, lo que traduce esta situación es que a la hora de la verdad, no se considera prioritario blindar a la cultura y el arte frente a la crisis, ni invertir en mejorar las condiciones de las enseñanzas artísticas. Personalmente, creo que esto entronca con una tendencia generalizada al desprestigio de las artes y las humanidades. Estamos acostumbrados a sufrir sus efectos con frecuencia en España; sin embargo, que ocurra en otros países es también muy alarmante, y debería servirnos como advertencia y reflexión. ¿Es esta la misma Francia que tanto se jacta de la protección excepcional que brinda a la cultura, el faro cultural de Europa, si no del mundo entero?
por Guadalupe Martín Pino *
* Guitarrista clásica, estudiante en Máster en el Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza (CNSM) de París, profesora de guitarra
Foto: Conservatorio Nacional Superior de París / © Amadeusdubois22