Entre el 30 de octubre y el 3 de noviembre, el Teatro Principal de Zaragoza celebra su 225 aniversario (1799-2024) con “El arte de la Jota”, un espectáculo del bailarín y coreógrafo Carmelo Artiaga y la Academia de las Artes del Folclore y de la Jota de Aragón, que recrea la trayectoria internacional de la jota en la investigación de Marta Vela en La jota aragonesa y cosmopolita, La jota aragonesa y liberal (Pregunta, 2022-2024) y Jotas cosmopolitas de Aragón (IFC, 2023). El Cuerpo de baile de la Academia y el coro Hiberi Voces dirigido por Rubén Larrea, junto a las voces de Esmeralda Jiménez, Susana Cabrero e Ignacio Prieto, y el pianista Alberto Menjón darán vida a clásicos atemporales del género como la Jota de El sombrero de tres picos de Falla, la Boda de Luis Alonso de Giménez o la Gran Jota de La Dolores de Bretón, que se entrecruzan con la Nueva jota aragonesa de Florencio Lahoz, La jota de los toreros de Iradier o La jota de los estudiantes de Pauline Viardot-García, trasladando al público al salón decimonónico de la mano de la Rhapsodie espagnole de Liszt, con un homenaje a Miguel Fleta en el centésimo aniversario del estreno de Turandot de Puccini (1924-2024).
Esto acto se une a las medidas de salvaguarda en la consecución de la candidatura de la Jota a Bien Inmaterial de la UNESCO, que el Ministerio de Cultura y Deporte anunció el pasado 2 de abril.
Primera parte: «Si hay algo por lo que vale la pena vivir, es por contemplar la belleza».
La primera parte del espectáculo recorrerá los grandes momentos de la jota sinfónica más conocidos, vistos desde un prisma diferente y sin estridencias; y piezas conocidas que desembocarán en un final en todo lo alto, que combina voces líricas con un cuerpo de baile compuesto por bailadores de jota, de manera que la protagonista absoluta de esta simbiosis será la jota. Además, se trata de un espectáculo multidisciplinar que aunará tecnología, imágenes y textos –tanto en directo como en voz en off–, todo ello con matices clásicos y populares.
Segunda parte: «Finalidad sin fin»
La segunda parte continuará con los clásicos sinfónicos populares, pero evolucionando hacia lo contemporáneo en su visión artística. Caminaremos por senderos más actuales hasta llegar al siglo XXI, aunque música, canto y baile sean clásicos y bien conocidos por el espectador, siempre respetuosos con los autores cuyas obras alcanzaron fama internacional. La belleza fue, es y será, una finalidad sin un fin.
Todo el espectáculo está concebido desde la perspectiva de la belleza como hilo conductor de este homenaje a los 225 años de rica historia del Teatro Principal de Zaragoza, periodo de tiempo en el que la jota se convierte en popular y cosmopolita.