Madrid (Museo del Prado)
¡Que mejor día que un 21 de junio, Día de la Música, para la puesta en largo de un nuevo proyecto de colaboración donde la música juega un papel fundamental! Nuestra más gloriosa institución pictórica, el Museo del Prado, aúna sus fuerzas con el ICCMU, Instituto Complutense de Ciencias Musicales actualmente bajo la dirección de Álvaro Torrente, para ofrecer un concierto cada vez que se inaugure una nueva exposición temporal pictórica. Y motivos de trasversalidad no van a faltar, sin lugar a dudas.
Prueba de ello es este primer concierto, con motivo de la exposición del hasta ahora ignoto, al menos para la mayoría de los aficionados al arte, pintor veneciano Lorenzo Lotto (1480-1557) con el sexteto vocal de Ratisbona (Regensburg) Singer Pur, con un repertorio de una hora larga de música y una selección cuidadísima de trece piezas corales a cappella, la mayoría a seis voces, en las que el compositor vertebrador del programa, con tres piezas, ha sido Adrian Willaert, no en vano Maestro de capilla de San Marco y estricto coetáneo de Lorenzo Lotto durante su último periodo de estancia en Venecia, y que a buen seguro se hubieron de conocer en aquella Venecia del XVI. He aquí una primera conexión.
Dos ejemplos más: para la ilustración del San Jerónimo de Lotto se escuchó el motete Gloriose confessor Domini, escrito por Francisco Guerrero para la celebración de San Jerónimo el 30 de septiembre, en el cual por cierto calaron; y la música de Cipriano de Rore, que también fuera con posterioridad Maestro de Capilla en San Marco, y un poco más joven que Lotto, con su chanson Susanne un jour, ilustra a la perfección el tema clásico de Susana en el baño y los viejos, del cual Lotto realizó también una bella muestra.
Singer Pur es un inusual conjunto vocal que está en activo desde 1994 como sexteto, inusual porque consta de una soprano, un contratenor, dos tenores, y dos barítonos. De afinación impecable, uno de sus rasgos es que no buscan la fusión de timbres, sino que más bien prefieren que cada línea vocal sea perfectamente entendible, lo cual promueve en el oyente un juego lúdico-vocal de gran atractivo. Del repertorio ofrecido, en su mayor parte del primer Renacimiento, también cinco piezas eran de autores aún vivos y en activo, como Pärt, Lauridsen, Schanderl o Gavin Bryans, con una musicalización de Cantai or Piango que se hermanó con el madrigal de igual título de Willaert y sirvió como cierre del concierto. El único déficit de Singer Pur es la falta de presencia de una línea de bajo sonora, pues a pesar de que por tesitura Marcus Schmidl consigue cantar un sol, fa o mi graves, no tienen cuerpo esos sonidos y como consecuencia los cimientos de los acordes no provocan la aparición de los armónicos.
En cualquier caso, el concierto ha supuesto una primera piedra firme y sólida en un ciclo del que anunciaron su continuidad para el próximo curso y que se prevé de gran calidad tanto en lo musical como en la selección del repertorio. Y que podría ver incrementado su impacto entre los asistentes si pudieran aparecer más evidentes las conexiones entre cuadros y músicas con la simple proyección del lienzo que origina la sugerencia musical, algo poco costoso y que, sin dudarlo, haría la experiencia sonora más completa.
Jerónimo Marín
Museo del Prado, Madrid. Singer Pur. 21-06-18.
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Foto: El conjunto vocal Singer Pur (foto de Marku Samon).