Benjamin Grosvenor
Una de las experiencias más estimulantes del ciclo de pianistas Grandes Intérpretes surge con la presentación “en sociedad” de jóvenes valores. Así pasó en la vuelta al colegio del ciclo, tras el verano, gracias al concierto protagonizado por el joven inglés Benjamin Grosvenor (n. 1992). Es cierto que los músicos británicos cuentan con un especial apoyo mediático, frente a otras nacionalidades, pero no por ello podemos negar el talento indudable de nuestro pianista. Quiso hacer su presentación demostrando su flexibilidad y adaptación a gran variedad de repertorios y, a fe, que lo consiguió. Algo igualmente típico de las orquestas británicas, y que no deja de ser uno de los factores más envidiables del mundo musical de las Islas.
Primera parte centrada en Bach (Suite Francesa num. 5) y Mozart (Sonata num. 13). Ambas interpretaciones resultaron trasparentes, totalmente objetivas y técnicamente perfectas en su ejecución. Si nos pidieran poner alguna pega, quizás llamó la atención la relativa frialdad en Mozart. Y digo que llama la atención, porque no deja de ser los cimientos sobre los que cualquier pianista empieza a construir su repertorio hoy en día. La segunda parte nos dejó lo mejor, de esta demostración multiestilística.
Un Chopin pasional y poético (Barcarola Op. 60), casi como calentamiento de deportista de élite, que vino seguido de una sorprendente recreación de dos piezas de las Goyescas de Granados (Los requiebros y La maja y el ruiseñor). Como queriendo demostrar (y no le sobra razón) que no es necesario ser ibérico para entender e interpretar el maravilloso repertorio para teclado de Granados. Una amiga me comentaba, a la salida del concierto, con fino criterio, lo maravillosamente que hizo suyo este repertorio, pese a su juventud y a la distancia cultural.
La guinda (aunque para muchos lo mejor quedó en Granados) la puso con un Gaspard de la Nuit irreprochable. Cerrando esta pequeña demostración de sus habilidades con un equilibrio técnico entremezclado de fantasía poética, que nos dejan con las ganas de seguir escuchando a Grosvenor en Ravel y probablemente también en Debussy. Así que no le queda más remedio que repetir. Para empezar le recibiremos nuevamente en 2019, en el ciclo de la Orquesta Nacional. Pero ojalá no terminen aquí sus visitas.
Juan Berberana
Benjamin Grosvenor, piano. Obras de Bach, Mozart, Granados y Debussy
Ciclo Grandes Intérpretes. Auditorio Nacional, Madrid.
(Foto de Patrick Allen / Opera Omnia)