El profesor, músico y compositor granadino, Torcuato Tejada Tauste nos presenta un interesante ensayo sobre la figura y obra del gran pianista, director y compositor ruso, Sergei Rachmaninov (1873/ 1943), donde ahonda entre los periodos biográficos más oscuros del genio eslavo (1897/ 1901)
Rachmaninov, un hombre emotivo y pensador profundo, era algo introvertido y su colega compositor Igor Stravinsky lo calificó en una ocasión de “ceniza de dos metros de altura”. A pesar de todo esto, era uno de los compositores jóvenes más destacados de la escena moscovita y el estreno de su primera sinfonía en San Petersburgo en 1897, cuando tenía apenas 23 años, estaba destinado a asegurarle un lugar en el firmamento musical ruso. Él mismo describió el desastroso estreno de su Primera Sinfonía, que lo sumió en una crisis creativa de tres años, incapaz de componer. “Apenas se acabaron los últimos acordes cuando escapé horrorizado, a la calle… Todas mis esperanzas, toda mi fe en mí mismo, habían sido destruidas.” Después de este debut desfavorable, Rachmaninov experimentó una “apatía paralizante”. Finalmente, después de tres años de pausa creativa, su familia lo convenció de que fuera a ver al Dr. Nikolai Dahl (1860-1939) músico y especialista en hipnosis.
En aquella época, la hipnosis estaba prohibida oficialmente en Rusia, pero eso no parece haber disuadido a personalidades clave de la sociedad moscovita, como el amigo íntimo de Rachmaninov y cantante de ópera Feodor Chaliapin, el compositor y pianista Alexander Scriabin y el creador teatral Konstantin Stanislavski.
Y sin embargo, tres años después, la pieza que finalmente surgió fue su obra maestra, su “Segundo Concierto para piano, Op.18”, una de las piezas musicales más queridas jamás escritas, inmortalizada en la conciencia pública por el arte cinematográfico, en la música popular por Eric Carmen, y un sinfín de listas de reproducción de música romántica con multitud de arreglos, etc. Richard Addinsell (1904/ 1977), un prolífico compositor de música para teatro y cine, es recordado hoy como un compositor de un solo éxito: el compositor del suntuoso "Concierto de Varsovia para piano y orquesta", de un solo movimiento y estilo similar al de Rachmaninov. Se incluyó en su banda sonora para Dangerous Moonlight ("Aquella noche en Varsovia" - 1941).
Rachmaninov se la dedicó al Dr. Nikolai Dahl, a quien atribuyó su resurgimiento bajo una serie de sesiones de hipnosis, quien repetía la misma fórmula hipnótica día tras día: “Escribirás un Concierto… SERÁ excelente…”. Tejada Tauste va más allá ¿Puede la hipnosis curar realmente a un artista hasta el punto de que pueda pasar de la desesperación a escribir una obra maestra?
Se recurre a un concienzudo análisis musical de la obra protagonista, pero Tejada Tauste no se queda aquí. Se puede decir que es el primer ensayo sobre Rachmaninov publicado en español,y aunque no es una biografía al uso el autor si nos describe amenamente cada diferente parte de su vida y de como influye cada una en su obra. Hace especial incapié en obras de su época concreta de "muerte artística y transfiguración", como su producción anterior a su "fatídica" Sinfonía nº1 y las obras maestras que acompañan al célebre Concierto nº2.
Se recomienda ir escuchando las obras expuestas en el ensayo, de fácil búsqueda en las principales plataformas streaming. ¿Por qué Rachmaninov, además de detractores (por su tardo - romanticismo) tiene asímismo tantos fervientes seguidores aún en día, como se diría en la música popular? Su gran capacidad de expresión y el nivel de dificultad técnico de sus obras parecen los rasgos más destacables de su obra. Componía para expresar lo que sentía de la forma más sencilla y clara y la estructura romántica parecía la más adecuada pararepresentar estos sentimientos. Su música da vueltas sobre un eje de melancolía, se desarrolla con pasión pero siempre en torno a ese fondo de tristeza. Posee lo que denominamos en musicología, un estilo propio y claramente reconocible que atrae desde el primer momento y exalta los sentidos del oyente. Su música parece hablarnos de la pérdida de ese objeto imaginario que abre ante el autor un vacío inabordable desde la palabra, y para el que crea la música como forma de dar cuenta de él. La necesidad de crear aparece cuando hay algo importante que no se puede simbolizar.
A destacar los prólogos, uno reflexivo y concienzudo del compositor, pianista y director Josu de Solaun, y otro del director Salvador Vázquez, donde ahondan, cada uno a su estilo, sobre el poder subyugador que ha tenido la música y figura de Rachmaninov. También la ilustración de la portada, de Javier Díaz Garrido, que representa perfectamente el poder la música en el renacimiento del protagonista.
Luis Suárez
Torcuato Tejada Tauste: Sergei Rachmaninov. Los años inciertos
Medio Tono Editorial · 144 páginas. · 2025