(Sinfónica de Galicia)
Concierto de Brahms que el pianista tendrá en agenda para presentar en Londres con Edward Gardner y en un programa que enmarca a dos compositores con más de un aspecto en común, desde la relación a través del editor Fritz Simrock, al reconocimiento del bohemio hacia su admirado Brahms, quien sabría de los sinsabores provocados por la propia obra. Entre los elementos determinantes de este concierto, estará la resolución psicológica de la sensibilidad Sturm und Drang poco antes de la conclusión de la obra.
Críticos habrá, andando el tiempo, que afirmen que en su Allegro Finale, será la más problemática de los años de transición dejándonos la impresión de que el músico ha logrado dominar con esfuerzo, casi con violencia, el elemento romántico-impetuoso latente en toda la composición, y que el vigoroso virtuosismo rítmico de ese tiempo, es la expresión de una limitación auto-impuesta. Leif Ove Andsnes, fue un trasmisor del ideario, en la amplitud del animoso Maestoso, dilatando su actitud dialogante con las cuerdas y trompas en el Adagio y un Rondo. Allegro non troppo- el final- prototipo en su planteamiento de lo que nos ofrecen las conclusiones de los grandes conciertos, con el solista confirmando lo que tanto se dijo acerca de este movimiento.
Antonin Dvorak con la Sinfonía nº 7, en Re m. Op.70 y encontrar afinidades con Brahms, entra dentro de lo posible, por lo que incluir obras de ambos en la sesión, ayuda a justificar la programación. El autor en sus conflictos con un pesante nacionalismo o las influencias germanas. En el Allegro maestoso de entrada, destaca en recurso de un tema usado de una pieza folklórica, procedente de la obertura Husitska.
Para acentuar sus valores, apreciaremos en carácter ampliamente rapsódico del Allegro final. Para el aficionado, tras lo servido por la orquesta, quedarían dos movimientos de apreciación: el Poco adagio, merced al seductor encanto del lirismo entretejido de cuerdas y maderas y el Scherzo Vivace, en el que asoman algunas de esas influencias que canalizará en su percepción idiomática hasta el acento más preciso. En cuanto a Dvorak, no será raro ver, en el conjunto de su obra, la forma en cómo destaca y refleja el olor y el sabor de la tierra bohemia.
Ramón García Balado
Leif Ove Andsnes. Orquesta Sinfónica de Galicia / Otto Tausk. Obras de J. Brahms y A. Dvorak.
Palacio de la Ópera, A Coruña.
Foto: Leif Ove Andsnes (foto de Gregor Hohenberg)