Es difícil imaginar un mejor regalo para el 70 cumpleaños de Beat Furrer (6 de diciembre de 1954) que el Klangforum Wien, ensemble que fundó como director en 1985, le rinda un homenaje con un trabajo discográfico de lujo. Este contiene seis discos interpretados por la misma agrupación que es dirigida por Furrer, así como dos libros sobre su música. Si bien se acaban de indicar sus facetas de compositor y director, no menos importantes son otros aspectos de su trayectoria. Por un lado, en 1997 fundó en la ciudad de Graz el Impuls Festival junto a Ernst Kovacic, siendo ahora mismo uno de los festivales de música contemporánea más importantes del mundo. Por otro lado, en 1992 empezó a dar clases en la Kunst Universität Graz (KUG) hasta su reciente jubilación, donde ha enseñado e influido directa o indirectamente a numerosas generaciones de jóvenes compositores de todo el mundo. Como anécdota, comentar que por allí han estudiado un buen número de compositores procedentes del Estado español, lo que podría considerarse como una "escuela española de Graz". Citemos de manera alfabética algunos nombres que conocemos, como Daniel Muñoz-Osorio, Diego Jiménez Tamame, Francisco Domínguez, Helga Arias, Hugo Gómez-Chao, Javier Quislant, Joan Gómez Alemany, Joan Magrané, Lula Romero, Sergi Puig Serna, Víctor Morató Ribera... Además, en KUG da clases el Klangforum a instrumentistas de numerosos países y buena parte de la Academia del Festival ocurre también en ese lugar, lo que resulta en un dispositivo único para difundir e internacionalizar la música contemporánea. Todo esto nos demuestra la interesante apuesta de Beat Furrer por la música de nueva creación en su dilatada y extensa trayectoria, que merecidamente ha tenido un gran reconocimiento, y esta colección de CDs para su 70 aniversario es una buena muestra de ello.
Al escuchar este trabajo discográfico podemos hacernos una buena idea del mundo sonoro del compositor, por ello, este texto ofrecerá un modesto análisis desde esa perspectiva. En referencia al estilo compositivo de Furrer, citemos las palabras de Andreas Karl que se pueden leer en uno de los libros que acompañan los discos: «Escribir sobre los diversos materiales y desarrollos en la música de Beat Furrer es como intentar cartografiar el delta de un río en su formación. Los canales de desarrollo serpentean, admiten afluentes, acumulan capas de sedimentos, se bifurcan y fluyen hacia adelante de maneras siempre nuevas. [...] Al igual que las ramas bifurcadas de un delta fluvial comparten un origen común, sus piezas con frecuencia comparten material musical básico, fuentes de textos literarios y/o patrones formales».
Otra manera de explicar la música de Furrer es comparándola con un mosaico que contiene infinidad de diminutas teselas, pero que todas juntas crean una compleja y coherente obra. En ese sentido, la repetición es un elemento generador de la forma musical, ya que busca una construcción motívica concentrada por medio de pequeñas fórmulas, herederas de la música postweberiana y serial. La fragmentación y atomización del material sonoro recuerda, tanto a la música de Salvatore Sciarrino (una fuerte influencia en Furrer), como a la de Georges Aperghis. Para todos ellos, la técnica vocal (y la ópera) tiene un gran interés que condiciona su música instrumental. Por poner un ejemplo en Furrer, esto se puede escuchar en su obra lotófagos I (2006) para soprano y contrabajo, siendo este último muchas veces una "voz" más. Añadir que en Furrer puede rastrearse la influencia de Luigi Nono y Helmut Lachenmann en el tratamiento de la voz y el uso de recursos fonéticos, como también por su interés en la tímbrica instrumental, ya que otorga al sonido un "color" especial.
La importancia de lo vocal en el compositor es muy patente en su larga creación operística, que esta colección de CDs no podía obviar, motivo por el cual un tercio de este trabajo discográfico está dedicado exclusivamente a la ópera. Sobre este género podemos leer a Furrer en las notas del disco, explicando que «"toda ópera es Orfeo": la ópera es siempre una transgresión de límites. Así como la forma operística trasciende los límites de los géneros involucrados —escenografía, texto, música—, la voz trasciende los límites del personaje representado. La transgresión órfica es una ruptura de los límites de lo radicalmente "otro": el inframundo y la muerte. Es la figura ancestral que media entre la humanidad y la naturaleza».
Algunas de las obras de Furrer podrían describirse al estilo de un oxímoron como "minimalismo complejo", resaltando por una parte la esencialidad y reducción de sus motivos, pero por otra parte su contexto abigarrado que tiende al horror vacui. Esto explica muchas veces su predilección por contraponer bloques, algunos estáticos como un nocturno, frente a otros de velocidades rápidas y gran nerviosismo. Como se puede intuir, los fuertes contrastes sin puntos intermedios son una característica habitual en la música de Furrer. De todas maneras, los campos armónicos o tímbricos por el uso constante de la repetición avanzan en general de manera lenta. Ello crea una "contradicción" entre un tempo rápido de la superficie sonora, y un tempo lento de la estructura interna.
Una textura recurrente en la música de Furrer y que resulta muy plástica, es cuando contrapone unas líneas generadas por "glissandos" y unísonos, frente a motivos construidos por pequeños intervalos que parecen puntos o enjambres de abejas. Un ejemplo de esto lo podemos escuchar en la obra que se encuentra en el disco cuarto, linea dell'orizzonte (2012). Esta plasticidad en la construcción del sonido hace que la forma musical casi sea un dibujo, lo que es reforzado por recurrir muchas veces a "escalas" y crear patrones que progresan de manera ascendente o descendente. Todo ello produce un reconocible estilo que nos indica rápidamente que estamos escuchando la música de Furrer.
Una vez descrito brevemente y de manera general el estilo del compositor, procederemos a un análisis más concreto explicando algunas obras de cada disco, y también mencionaremos otras que no aparecen aquí, pero que nos ayudan a comprender mejor la música del compositor suizo afincado en Austria. En lo que respecta al CD 1, las piezas de este son bastante coherentes y similares estilísticamente, perteneciendo al género del concierto u obra concertante, que sería el caso de Nuun (1995), para dos pianos y ensemble. En esta composición se escucha una especie de "telaraña de sonidos", que podríamos irónicamente comparar con una versión nerviosa de Morton Feldman. Nuun parece la orquestación y complejización de otra pieza de Furrer como Spur (1998), incluida en el CD 2, ya que mantiene cierta textura contrapuntística de tipo hoquestus, y un tempo y motivos similares.
El Konzert für Klavier und Ensemble (2007) es algo diferente a Nuun, ya que contrapone velocidades y texturas de manera rápida como bloques. El concierto está pensado para un solista y por eso hay un juego dialéctico entre orquesta y piano, de ahí la contraposición de diferentes bloques-materiales. En Nuun hay dos pianos que están integrados en la masa del ensemble, y no tienen un carácter tan solista como en el concierto. Sin duda la instrumentación y el género condicionan la construcción formal de ambas obras.
Muchos de los materiales pianísticos que hay, tanto en Nuun, como en el Konzert, se pueden encontrar también en las diversas piezas para piano a solo de Furrer, como Phasma (2002), Melodie – fallend (2002), Drei Klavierstücke (2004) o Studie (2011). De todas maneras, la obra pianística de Furrer tiene su propio interés y originalidad, pudiendo escuchar en estas composiciones fragmentos enigmáticos, violentos, ostinati, coloristas tríadas mayores y menores en rigurosas secuencias, etc. Furrer para aportar belleza y un guiño histórico, recurre a formas melódicas tradicionales pero utilizadas en un contexto contemporáneo. En Voicelessness – the snow has no voice (1987) hay varias armonías modales-tonales, junto a disonancias en un marco romántico impregnado de lirismo. Estas características se pueden también encontrar en otro tipo de piezas, como en Lied (1993) para violín y piano, o en algunos fragmentos de varias de sus óperas.
En el CD 2 saltamos al género de la música de cámara, siendo la obra inicial Spur y a continuación Retour an Dich (1986), un trío minimalista para violín, cello y piano. Esta es la pieza más antigua de los 6 CDs, por eso tiene un estilo algo diferente. Lo mismo le ocurre a otra composición del mismo disco, …cold and calm and moving (1992). Ambas son composiciones más melódicas y dilatadas en el tiempo, comparadas con sus piezas posteriores, especialmente a partir del 2000. El estilo previo de Furrer es algo más conservador, porque apenas encontramos un elaborado trabajo tímbrico que caracteriza habitualmente su música. En su pieza …cold and calm and moving hay un harpa casi solista, que por su gran protagonismo aporta un carácter muy diferente al resto de obras. Hay un constante juego entre este instrumento y la flauta que otorga un aire "grecoromano" a la pieza, un dato no menor, si observamos la influencia de esta cultura en la elección de varios textos para su obra vocal. Las cuerdas tienen poco protagonismo, algo que en el estilo más característico de Furrer es todo lo contrario, ya que suelen ser muy importantes y ricas en motivos y colores tímbricos. En esta obra las cuerdas semejan funcionar como una atmósfera sonora, punteando texturas con trémolos que aparecen y desaparecen al igual que la niebla. Otra interesante pieza de este disco es apoklisis (2004), para dos clarinetes bajos y con una fuerte influencia de Sciarrino. Esta peculiar instrumentación nos recuerda otra obra titulada, 1 + 1 = 1 de Pierluigi Billone, alumno de Sciarrino y también conocido de Furrer, ya que reside en Viena y ha dado clases en KUG.
El CD 3 continúa con la música de cámara, aunque con alguna obra para ensemble. Ambos son los géneros musicales más abundantes en la producción de Furrer, si los comparamos con otras composiciones para orquesta, a solo, ópera, voz, electrónica, etc. El disco se inicia con una pieza bastante reciente, in mia vita da vuolp (2019), que muestra una vez más la evidente influencia de Sciarrino. La original instrumentación es para soprano y trombón, que varias veces intentan fusionarse en unísono produciendo bits (batimentos). Otra pieza con título italiano, idioma que Furrer habla con fluidez, es La bianca notte (2013), para soprano, barítono y ensemble. Esta composición corresponde a un fragmento de la ópera con el mismo nombre, basada en textos del poeta maldito y dromomaníaco Dino Campana (1885-1932), y la periodista feminista Sibilla Aleramo (1876-1960). Difícil no recordar con ese título la película Le notti bianche (1957) de Luchino Visconti, a partir de un texto de Fiódor Dostoievski. La composición de Furrer tiene una gran sutileza tímbrica y un control muy gradual de las transiciones, por eso, la música semeja un "sfumato sonoro" o una delicada transición de un color a otro. El oxímoron del título, La bianca notte, desde una visión poética podría evocar este tipo de ideas.
La siguiente pieza en el disco es invocation VI (2003) para soprano y flauta baja, que recuerda la instrumentación de in mia vita da vuolp. En esta nueva el compositor trabaja la deconstrucción de los fonemas y la inteligibilidad del texto, algo que comparte con Nono y Sciarrino. Esta es una de las partituras de Furrer que potencian más una textura algo ruidista, a través de un uso variado de técnicas extendidas y potenciando el aire de la flauta baja, mucho más rico que en su tesitura normal. La flauta también utiliza fonemas que se emparentan con la soprano, como si estuviese amplificada y modificada gracias al tubo. Todo esto produce la mezcla de ambos timbres, ya que el instrumento imita la voz, y viceversa. Como escribe Andreas Karl: «El arte de Furrer consiste en unir la forma musical y el contenido lingüístico de tal manera que ambos dependen, se sustituyen y se complementan, adentrándose en territorios que habrían permanecido inalcanzables para la música o el lenguaje como artes aisladas. Su enfoque formal, con cortes y capas, crea un espacio en el que los sonidos de las palabras, sus significados y el sonido instrumental se expanden mutuamente».
La obra que concluye el disco tercero es una de las más interesantes, y se divide en tres movimientos. Con el título genérico de Xenos III (2010/13) es para dos percusionistas y cuerdas, sucediendo a Xenos I (2008) para ensemble y Xenos II (2009) para ensemble y voz. De los tres movimientos de Xenos III, palabra de origen griego que podría traducirse por "extraño", destacamos la primera parte por ser un auténtico loop que se reduce a un solo material girando sobre sí mismo. Una de las aproximaciones más radicales y minimalistas en el catálogo de Furrer, con bastantes conexiones con el primer movimiento de su obra Apon (2009). Aunque la primera parte de Xenos III siempre utilice el mismo motivo musical, siempre hay pequeñas micro-variaciones provocando que la partitura renueve el interés constantemente, dado que lo adecuado es fijarse en los elementos que se sitúan en el "entre", y no tanto en las unidades o cuerpos que se repiten. Esta forma musical explora la movilidad y las "fricciones de la repetición", dando una gran plasticidad a la textura que semeja un caleidoscopio. Esta característica tal vez la podemos rastrear en la influencia ejercida por el maestro de Furrer, Haubenstock-Ramati. Así lo relata Andreas Karl en las notas del disco, refiriéndose a los estudios del compositor en la Viena de 1980: «Fue allí donde Furrer conoció las formas móviles y abiertas de su profesor de composición, Roman Haubenstock-Ramati, quien creó partituras en las que los intérpretes podían combinar libremente módulos gráficamente distintos, ateniéndose a ciertas reglas. En cada interpretación de una obra de este tipo, los diferentes tempos, compases y colores de estos módulos se unían en constelaciones siempre nuevas. El resultado fue una música cuya forma circular y penetrante explotaba todo el potencial del material, sustrayéndose en cierta medida al control del compositor».
En referencia al CD 4, la primera obra para ensemble se titula linea dell'orizzonte (2012) e incluye el curioso timbre de la guitarra eléctrica, siendo una de las pocas obras en el catálogo del compositor que no tiene una sonoridad puramente acústica, a la que podríamos añadir Kaleidoscopic memories (2016), para contrabajo y electrónica. Otra pieza de este disco es Gaspra (1988), siendo una de las obras más antiguas de todos los CDs, y en donde se puede reconocer su estilo característico pero como si estuviese dispersado y formándose. En esta composición hay numerosos silencios y el material está muy disgregado y fragmentado, lo que le da una cualidad distintiva, porque las piezas características de Furrer suelen ser muy compactas y veloces. En Gaspra apenas se escucha un tutti del ensemble, ya que la textura está "rota" y suena más bien como un reducido grupo de cámara. A la siguiente pieza, Studie 2: à un moment de terre perdue (1990), le ocurre algo similar.
Se analizará conjuntamente los CDs 5 y 6 porque recogen la obra Begehren (2001), descrita como un Hörtheater (teatro para escuchar), y basada en textos de Cesare Pavese, Günter Eich, Ovidio y Virgilio. Al hablar de Furrer y la ópera o teatro musical, es imposible no resaltar su estrecha relación con la literatura. De hecho, en esta edición discográfica se recoge un extenso libro donde se examina detalladamente la biblioteca de Furrer, ejemplar por ejemplar. Como podemos leer en una parte de las notas del CD escritas por Peter Paul Kainrath (desde 2020 director general de Klangforum Wien), «los libros son puntos de referencia, hitos, promesas y atmósferas que remiten a cosas más allá de sí mismos. Se leen o no, se hojean, son exigentes, reconfortantes, sorprendentes». Las numerosas fuentes literarias que sustentan las piezas de este trabajo discográfico, incluyen poemas, cartas, novelas, obras radiofónicas, mitos y profecías de James Joyce, Marguerite Duras, Hermann Broch, Günter Eich, Cesare Pavese, Dino Campana, Sibilla Aleramo, Juan de la Cruz, Francesco Petrarca, Händl Klaus, Leta Semadeni, Lucrecio, Ovidio y Virgilio.
Begehren suele optar por contrastes extremos, juntando momentos de mucha actividad y otros de una serena desnudez. Una idea que podemos trasladar a la mezcla cortante y fragmentaria de los diversos textos, procedentes de épocas diferentes y que resultan en un montaje literario. Esta es una técnica que también utiliza Furrer en otras óperas suyas, como Die Blinden (1989/90), con fuentes literarias de Maurice Maeterlinck, Platón, Friedrich Hölderlin y Arthur Rimbaud. En algunos aspectos el teatro musical de Furrer es heredero de las obras de Nono, por ejemplo, en lo que respecta al collage de textos, algunas técnicas vocales como un tratamiento de la voz muy instrumental y a veces en grandes "tenutos" que alcanzan el registro muy agudo, el uso del coro al estilo de una tragedia griega, etc.
Es imposible describir en pocas palabras una obra de la envergadura de Begehren, pero destacaríamos especialmente la emotiva Szene 6, por el uso minimalista del coro, realizando armonías modales y a veces por quintas vacías. Esto da un aire místico de corte medieval a la música, aunque es acompañada por juegos tímbricos realizados por instrumentos individuales, que aportan contemporaneidad y un sutil puntillismo. Furrer es uno de los grandes renovadores del género operístico y coral en el siglo XXI, creando una interesante síntesis entre tradición y vanguardia. Podemos destacar su extenso ciclo para coro a capela, Enigma (2006-2013), por la gran variedad de texturas que hacen de esta agrupación clásica por antonomasia, una formación que sigue siendo interesante y original para la música de nueva creación.
Para concluir este texto, dar las muchas gracias a Johannes Gruber, jefe de comunicaciones del Klangforum Wien por habernos enviado este disco muy recomendable, con una edición de lujo y excelentes tomas de sonido. Y finalmente, nada mejor que terminar citando las acertadas palabras de Beat Furrer, que nos señalan un interesante camino a seguir: «Especialmente hoy, en un mundo digitalizado de cambios sin precedentes, la destrucción radical de las estructuras sociales y de la naturaleza –la base misma de nuestra existencia– nos deja atónitos, perplejos y asombrados, privados de nuestra capacidad de actuar, degradados a la condición de espectadores marginados. Hoy más que nunca tenemos necesidad de arte, de ópera, de espacios de libertad y un nuevo lenguaje para comprender lo que nos sucede. Necesitamos una nueva estética, un arte contemporáneo vivo, en sintonía con las grandes tradiciones, abierto al presente. El repertorio que se presenta en salas de todo el mundo se ha reducido continuamente, centrándose únicamente en los grandes éxitos de la historia de la ópera, ignorando casi por completo la riquísima y abierta historia temprana de la ópera, así como las obras contemporáneas. Lo que se necesita ahora es voluntad política, valentía y previsión, y reconocer la urgente necesidad de impulsar el cambio».
Joan Gómez Alemany
18 obras clave creadas por Beat Furrer, interpretadas por el Klangforum Wien y dirigidas por él mismo: Nuun (1995), Concierto para violín y orquesta (2020), Concierto para clarinete (2019), Concierto para piano y conjunto (2008), spur (1998), Retour an Dich (1986), apoklisis (2004), cold and calm and moving (1992), in mia vita da vuolp (2019), La bianca notte (2013), invocation VI (2003), Spazio immergente III (2019), Xenos III (2010/2013), linea dell’orizzonte (2012), intorno al bianco (2016), Gaspra (1988), à un moment de terre perdue (1990), Begehren (2001/2003)
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