Josep Bros hace 25 años que debutó en Peralada y ha recibido la Medalla de Honor del Festival, coincidiendo con el recital lírico programado. El tenor catalán ha demostrado desde su inesperado debut en el Liceu en 1992, sustituyendo a un colega enfermo en Anna Bolena con Edita Gruberova, sus cualidades y ha hecho una importante carrera desde sus inicios con un repertorio lírico-ligero que ha ido evolucionado a través de los años, pero manteniendo su innata musicalidad y un deseo de mejorar continuamente. El programa del concierto era como unos retazos de historia pasada, presente y futura, con toda la evolución del repertorio.
El recital se inició con Malia y L’ultima canzone, de Tosti a la que dio un aire poético a la primera y más desenfadado a la segunda, siguiendo con la conocida aria “Una furtiva lacrima” de L’elisir d’amore que Bros cantó en Peralada hace años, donde mostró su línea belcantista y su canto expresivo, interpretando después Malincolia, Ninfa Gentile y Ma rendi pur contento de Bellini, donde encontramos descripción y pasión en su fraseo. Una aria poco habitual es “Fu celeste quel contento”, de Il giuramento de Mercadante y Bros empezó con un recitativo muy cuidado, a la que siguió la aria con un fraseo elegante, para acabar la primera parte con Verdi, primero con la canción Ad una stella, de bella melodía y el fragmento “Tutto parea sorridere” de Il Corsaro, dando al recitativo una cierta fuerza, alternando a continuación un aire reposado e intensidad.
La segunda parte empezó con repertorio francés con dos partituras de Massenet, Ouvre tes youx bleus, de línea sutil y Werther, donde el artista supo expresar el sufrimiento del poeta, con un canto apasionado y algo extrovertido lleno de intención. Vinieron luego de obras de Bizet, Chanson d’Avril, algo superficial y la aria de la flor de Carmen, que cantó con un aire apasionado y denso. La segunda parte acababa con compositores afines a la escuela verista, una delicada canción de Leoncavallo, el fragmento más conocido de La Gioconda de Ponchieli, donde alternó la sutileza con la brillantez del final. El último compositor fue Cilea, con la canción Il mio canto, algo monotona y la bellísima aria de L’arlesiana, “E la solita storia”, donde Bros supo contrastar las dos partes, la primera más introvertida, la segunda más apasionada.
El público gozó de una buena velada y el cantante quiso corresponder con varios bises: la canción Maig de Toldrà, llena de fraseo remarcado, La tabernera del puerto de Sorozábal, con un estilo detallista, Granada, de Lara, con un canto vital y para acabar, como una petición “No ti scordar di me”, de De Curtis. Estuvo acompañado por Marco Evangelisti, que mostró comunicación con el tenor y calidad individual en las dos piezas de piano que interpretó, para que descansara un poco el cantante, fueron Romanza in La de Cilea y Sicilienne de Fauré.
Albert Vilardell
Josep Bros, Marco Evangelisti. Obras de Tosti, Donizetti, Bellini, Mercadante, Cilea, Verdi, Massenet, Bizet, Fauré, Leoncavallo y Ponchielli
Esglèsia del Carme. Peralada
Foto: Durante el recital que ha tenido lugar en la Iglesia del Carmen, el cantante ha recibido la Medalla de Honor del Festival en manos de la presidenta de la Fundación Cultural Castell de Peralada, Isabel Suqué.
Fotografía de Joan Castro / ICONNA