Ballaké Sissoko nos sumerge en un viaje majestuoso y serpenteante que roza lo sagrado, explorando tierras altas serenas y meditativas, así como las llanuras históricas atravesadas por guerreros mandingos.
Su música narra las epopeyas del orgulloso patrimonio de Mali, reflejando la profunda conexión de su cultura con lo divino. Las piezas instrumentales, grabadas en la íntima capilla de Santa Apolonia en Geel, Bélgica, nos transportan a un espacio de espiritualidad única y conmovedora. Ballaké Sissoko, renombrado músico y virtuoso de la kora, ha destacado por su maestría en este instrumento tradicional de África occidental. Originario de Mali, su colaboración con otros artistas en proyectos que fusionan la música tradicional africana con otros géneros le ha valido reconocimientos y elogios a nivel internacional.
“A TOUMA” / Patrimonio cultural y espiritual de Mali
Después del éxito de Djourou, el virtuoso maliense regresa para un tête-à-tête con su kora, íntimo pero a la vez sencillo y majestuoso.
Si en su último álbum, Djourou, Ballaké Sissoko exploraba nuevos horizontes por medio de colaboraciones junto a músicos tan diversos como Salif Keita, Arthur Teboul (Feu! Chatterton), Camille, Oxmo Puccino, Vincent Segal, Patrick Messina o Piers Faccini, A Touma establece una conversación musical entre un maestro, hecho de carne y espíritu, y su “doble”, hecho de cuerda y madera. Para ello, el intérprete hace gala de su estilo propio, donde entrelaza –dentro de un proceso ya iniciado en Djourou– nuevos hilos en el largo bordón, quedando así ligado a otros músicos y a la historia de la kora, un hecho que constituye para el artista de Mali la adquisición de una identidad propia y, al mismo tiempo, supone una reivindicación de su cultura y tradiciones.
No cabe duda de que Ballaké debe su gusto y talento por el encuentro musical a sus consumadas habilidades de escucha. No obstante, éstas también son fruto de largas conversaciones con su propio instrumento. Durante estos extraños y paradójicos “diálogos solitarios”, hace que su kora hable y reaccione a las emociones que le provoca, dejando que su imaginación y sus dedos vuelen hacia paisajes tanto magníficos como desconocidos. Es ahí donde se pueden medir con precisión sus cualidades como improvisador, cualidades que comenzó a cultivar hace mucho tiempo a la sombra de los venerables ancianos del Conjunto Instrumental de Malí, cuando aún era un joven muchacho.
En esta clave debemos escuchar y analizar las ocho piezas que constituyen su último trabajo discográfico, titulado A Touma. En ellas, Ballaké hace gala de una síntesis entre tradición y modernidad explorando todas las posibilidades idiomáticas que ofrece la kora, un instrumento de 20 o 21 cuerdas que, trazando el paralelismo con la organología occidental, se situaría a medio camino entre el laúd y el arpa. Este hecho reviste una importante consideración, pues permite la utilización de bordones y notas pedal como sustento armónico, al mismo tiempo que hace posible un cierto desarrollo melódico.
Así se evidencia a lo largo de las obras que escucharán en este programa y que quedará de manifiesto en la inicial “Nan Sira Madi”. Los floreos que sirven de introducción nos conducirán a una melodía que se despliega a lo largo de una serie de variaciones para ir, reapareciendo, como una lejana reminiscencia del tema original, ganando en ritmo e intensidad. Misma tónica podemos observar en “An Badidjo”.
“Simbo Salaba” expone ya un virtuosismo más destacado por su incesante velocidad, una circunstancia que redunda en la exigencia interpretativa donde la articulación de los diferentes temas –sin perder ni un ápice de pulso– será todo un reto. Tanto “Demba Kunda” como “Akilimaya” son piezas que encierran un gran lirismo. En la última este aspecto es particularmente destacado, pues se muestra una melodía profusamente ornamentada y se emplea de forma decidida el registro agudo del instrumento algo que, unido a la calidez y dulzura de la kora, favorece una gran expresividad musical.
“Mande Tabolo” plantea un trabajo de gran pericia sobre diseños escalísticos dentro de una sonoridad que no parece tan alejada de la que plantean algunas culturas y tradiciones musicales a orillas del Mediterráneo. “Yafa Djini Te Djitoyaye” es una de las piezas más eclécticas del programa. Aunque no posee un ámbito demasiado amplio, sus reminiscencias a la música folclórica africana parecen más que evidentes. En esta obra prevalece el carácter circular –casi podríamos decir ritual– donde se ofrece la misma melodía una y otra vez, ligeramente variada, pero con el material temático siempre perfectamente audible e identificable.
El disco que sirve de inspiración para este programa se cierra mediante la pieza “Touti Sakiliba”, atractiva e interesante gracias al ritmo y los constantes descensos armónicos que aportan una sensación de inestabilidad y movimiento incesante trepidante en consonancia con el carácter de la obra.
Sin duda, estas ocho piezas son un testimonio cautivador, íntimo y auténtico, en el cual Ballaké transita un serpenteante camino musical –lleno de majestuosidad– bordeando, a partes iguales, lo sagrado y meditativo con otras influencias propias de los mandingos, motivo de orgullo en el país maliense. El título, A Touma, podríamos traducirlo como “Este es el momento”, algo que nos evidencia la madurez estilística e interpretativa de Ballaké. Estas ocho piezas resultan la metáfora ideal para expresar la maestría y libertad que este discreto gigante de la música global ha alcanzado en sus cuarenta años de carrera, siendo, sin duda, uno de los mejores embajadores de su país.
BALLAKÉ SISSOKO
Ballaké Sissoko (nacido en 1968) es un intérprete maliense de la kora. Ha trabajado con Toumani Diabaté y Taj Mahal, y es miembro del grupo 3MA junto con Driss El Maloumi y Rajery.
Diez dedos para veintiuna cuerdas, y la magia sucede, de forma segura, de forma tranquila. Ballaké Sissoko nos enlaza con su suave y cristalina sonoridad y su kora, magnificada por su talento como melodista e improvisador.
Ballaké Sissoko es el hijo de Djelimady Sissoko, un gran maestro de la kora mandinga, un arpa de veintiuna cuerdas cuyo sonido cristalino ha conquistado al público internacional. Ballaké es uno de los mejores intérpretes de kora de la nueva generación. Comenzó a aprender el instrumento a una edad muy temprana con su padre. Después de tocar con el prestigioso Ensemble Instrumental du Mali y acompañar a muchas cantantes malienses, se ganó su reputación actuando en solitario, en dúo con Toumani Diabate, con Taj Mahal y con otros músicos, desde 2009 con Vincent Segal en el álbum "Música de Cámara" y el nuevo "Musique de Nuit", ambos lanzados en el sello No-Format.
Abierto a todas las aventuras y encuentros, Ballaké es un instrumentalista con un talento excepcional que, inspirándose en la tradición, ha forjado su propio estilo personal. Un improvisador inspirado y un sutil melodista, es un maravilloso acompañante y un excelente compositor. Emoción, elegancia, frescura e inventiva son algunos de los elementos que conforman la mejor música del mundo. Su álbum de 2005, "Tomora", cuenta con Toumani Diabaté en la kora, los cantantes Alboulkadri Barry y Rokia Traoré, y Fanga Diawara, solista de violín del Ensemble Instrumental Nacional de Mali.
Su disco "Chamber Music", lanzado en octubre de 2009, fue el resultado de una colaboración con Vincent Ségal, un violonchelista clásico conocido por su trabajo con Bumcello, y fue lanzado por el sello francés No Format! y el sello estadounidense Six Degrees Records.
Lanzó un álbum en solitario, "At Peace", en 2013. Ségal produjo el álbum y participa en varias pistas.
27 abril, sábado 20.00h
Seminario Mayor de Colillas, Ciclo “Caminos que nos unen”