El Festival Castell de Peralada cierra la XXXV edición con 12 de los 14 espectáculos programados con el cartel de “no hay entradas”
El Festival se autoimpuso un aforo que no superó los 700 espectadores en el Auditorio Parc del Castell construyendo un espacio seguro y confortable para su reencuentro con el público.
Una edición que se ha celebrado del 16 de julio al 1 de agosto donde no han faltado nombres internacionales de la danza, la lírica y el pop.
El Festival Castell de Peralada cerraba el pasado domingo 1 de agosto una de las ediciones más concentradas de su historia con 14 propuestas en 17 días. La pandemia provocada por el Covid-19 ha modificado muchas cosas tal y como las conocíamos, y el festival ampurdanés no ha sido una excepción. Con el aval y el asesoramiento del Hospital Clínic de Barcelona en todo lo que hacía referencia a protocolos de seguridad, la organización del festival fue tejiendo una edición donde la prioridad fuera recuperar el público presencial y ser fiel a su modelo de festival invitando grandes compañías y artistas internacionales sobre todo en los campos de la lírica y la danza. Terminada la edición se puede decir que el reto se ha alcanzado.
El pasado 16 de julio la compañía Béjart Ballet Lausanne inauguraba la XXXV edición del festival con toda una declaración de intenciones. Ballet for life (o Le Presbytère, n’a rien perdu de son charme, ni le jardín de son éclat) se convertía en el primer espectáculo que volvía a programarse en toda la historia del festival - recordemos que se vio el año 2010- pero la ocasión lo merecía. La organización homenajeaba de esta manera a las víctimas que ha provocado la actual pandemia, pero también se homenajeaba a la vida. Con Béjart (16 y 17 julio) el festival daba paso a noches de danza protagonizadas por el Ballet de Barcelona (22 de julio) con el estreno de un nuevo espacio, El Mirador, donde la joven compañía catalana presentaba un viaje de lucha y transformación en torno a la figura su director artístico Chase Johnsey. Para la noche del 23 de julio, el festival reunió un elenco de grandes figuras de la danza como Iratxe Ansa, Lucía Lacarra, Dores André, Ada González, Xander Parish, Jorge García Pérez, Igor Bacovich, Matthew Golding y la ganadora del primer premio Carmen Mateu, Maria Khoreva, solista del Mariinsky Ballet, quien recibió el galardón de manos de Isabel Suqué, presidenta de la Fundació Castell de Peralada, una vez finalizada la gala de danza dedicada a la memoria de Carmen Mateu, para quién se creó la nueva coreografía “Camèlia”. En lírica el festival ha contado con debuts, como el del tenor francés Benjamin Bernheim (24 de julio) quien ofreció un recital de arias de ópera y canción en la iglesia del Carmen, mismo escenario donde debía actuar la soprano Lise Davidsen el 31 de julio, pero que quedó cancelado debido a los nuevos protocolos para la prevención del Covid-19 aprobados por el gobierno alemán. La edición también ha contado con dos títulos de ópera; el primero, el 25 de julio y en versión concierto, llegaba la Tosca, de Puccini de la mano de los cuerpos estables del Teatro Real (tercera visita Peralada) bajo la batuta de Nicola Luisotti y con un reparto excepcional encabezado por Sondra Radvanovsky, Jonas Kaufmann y Carlos Álvarez. La ópera Orlando, de Händel aterrizaba por primera vez el 30 de julio en el auditorio de Peralada con una propuesta escenificada firmada por el joven regista Rafael R. Villalobos, con un elenco de voces especialistas en el género (Xavier Sabata, Sabina Puértolas, Marie Lys, Eve-Maud Hubeaux y José Antonio López) y con la dirección musical de Dani Espasa al frente del conjunto barroco Vespres d’Arnadí, conlos que el festival estrenaba una nueva producción operística. El bajo Manuel Fuentes, ganador del Premio Extraordinario Festival Castell de Peralada en el Concurso Tenor Viñas 2020, protagonizó un recital en solitario en el Claustre Sant Domènec de Peralada (26 de julio), quien también protagonizó junto a la mezzosoprano Olga Syniakova, ganadora del mismo premio que Fuentes en la edición 2021, el recital Opera Followers en los Jardines del Castillo. El 1 de agosto, el gran William Christie con un programa Händel que incluía la cantata pastoral Aminta e fillide, y una gala lírica protagonizada por el tenor Javier Camarena junto al Cor i Orquestra del Gran Teatre del Liceu bajo la dirección musical de Riccardo Frizza ponían el colofón a la celebración de la 35ª edición del Festival. Una edición en la que también participó el cantante y compositor Rufus Wainwright (24 julio) y Sílvia Pérez Cruz (31 de julio), aunque la actuación de esta última se tuvo que suspender una vez arrancado el concierto debido a las fuertes lluvias.
Una edición para disfrutarla también desde casa:
El Festival, que este año ha podido acoger un reducido número de público con tan solo 700 personas en el Auditorio, 168 en la iglesia del Carmen, 168 en el Mirador y 87 en el espacio del Jardines del Castillo, ha grabado algunos de los espectáculos para que el público pueda disfrutar de algunos de los espectáculos desde casa. Así pues, la Tosca se podrá ver en septiembre a través de la web del festival y también a través de la plataforma del Teatro Real, My Opera Player. El recital de Benjamin Berhmeim, grabado por la productora del Festival, se podrá ver en otoño en dos pases únicos a través de la página oficial del festival y de manera gratuita. El canal internacional Mezzo ha grabado el concierto de William Christie y Les Arts Florissants y TVE grabó y emitió la Gala de Danza Ballet Under The Stars que ya han podido disfrutar más de 44.000 espectadores. El concierto de Javier Camarena, que se pudo escuchar de manera simultánea por Catalunya Ràdio y Catalunya Música dentro de la programación especial de “Els Homes Clàssics” fue grabado también por TV3.
Las emociones han vuelto a llenar los escenarios del Festival gracias a la cultura en vivo, y el equipo que lo ha hecho posible, felicidades a todos ellos.
https://www.festivalperalada.com/es/
Foto: Sondra Radvanovsky y Jonas Kaufmann en Tosca, de Puccini, de la mano de los cuerpos estables del Teatro Real.
Crédito: Miguel González Shooting