El Liceu abre las puertas de la temporada de su 175º aniversario dedicada al paraíso con una de las obras más representativas del tándem Richard Strauss y Von Hofmannsthal, Ariadne auf Naxos, que estará en el escenario del Gran Teatre del 22 de septiembre al 4 de octubre, casi diecinueve años después de la última representación, en 2002. En esta ocasión se ha programado una exitosa propuesta de Katie Mitchell estrenada en 2018 en el prestigioso Festival de Aix-en-Provence, coproducida junto con el Liceu, el Théâtre diciembre Champs Élysées, Theatro de la Ville de Luxembourg, Finnish National Opera & Ballet y Royal Danish Oper.
Para R. Strauss y Von Hofmannsthal, la intención primera de Ariadne pasaba por reunir de nuevo en la ópera dos tradiciones que se habían separado a finales del siglo XVII: la seria y la sopla. También era una manera de poner el género mismo ante un espejo deformante: el gran entretenimiento burgués de finales del cambio de siglo, que había perdido cualquier tipo de sentido del humor, podía volver fugazmente a un tiempo en el que había sido popular, divertido y sin prejuicios. De este modo, Ariadne auf Naxos parte de la base que la ópera es el arte de todas las artes, hasta el punto de incluir sus expresiones más frívolas y ligeras.
Ariadne auf Naxos de Katie Mitchell, la reputada directora teatral, plantea la historia del hombre más rico de Viena, que ha encargado una ópera seria a un joven compositor, además de invitar a un grupo de actores de la comedia del arte. Mientras pide que actúen todos a la vez, la frívola Zerbinetta intenta convencer a la trágica Ariadne que los hombres son todos iguales e incluso intercambiables, poniendo en el punto de mira cuestiones relacionadas con la fidelidad, la sexualidad y la presentación pública de hombres y mujeres. En este aspecto, la directora introduce un matiz interesante en el personaje de Ariadne, ya que no sólo es abandonada por Teseo en Naxos, sino que también está embarazada. Durante la representación, en la que Ariadne lucha contra el deseo de morir, también se apuntan cuestiones sobre el aborto, la vida y la muerte, que quedan resueltas en los minutos finales, cuando finalmente da a luz. Este bebé, símbolo de la vida nueva, es también un resumen moral de la ópera: la creación es el producto del conflicto entre opuestos, de la mezcla y de la confusión, no hay formas puras, sino que la vida, como el arte, es un laboratorio de ideas y opciones en el que todo es posible, y corresponde al público decidir qué prefiere: si el camino rígido de la tradición, el camino conflictivo de la subversión o la vía intermedia en la que historia y futuro van de la mano.
La dirección musical también queda en buenas manos: durante la última década, Josep Pons ha bajado al foso del Liceu para dirigir, fundamentalmente, óperas wagnerianas y del repertorio tardorrománico, así como el canon de Mozart. El maestro también hará suya la síntesis entre estas dos tradiciones austrogermánicas que R.Strauss buscó en Ariadne, que necesitan tanto detalle y atención en los pasajes de fuerza como en los más líricos.
Ariadne auf Naxos requiere un alto nivel vocal para cotejar una partitura exigente, que tomará vida con un elenco de lujo que encabezan Miina-Liisa Varela y Johanni van Oostrum, dos Ariadnes que darán vida a un papel de una irresistible potencia wagneriana. Uno de los otros roles más exigentes de la obra es Zerbinetta, una coloratura que desafía la ley de la gravedad. La obra contará con dos grandes voces: la donostiarra Elena Sancho Pereg -que ganó el premio Opernwelt a la mejor joven de la temporada 2015/2016 precisamente con este rol- y la tarraconense Sara Blanch. En el papel del Tenor/Bacchus encontramos dos cantantes en plena madurez, suficientemente experimentados como para rendir al más alto nivel en un rol breve pero muy exigente: el austriaco Nikolai Schukoff y David Pomeroy, ambos especializados en héroes wagnerianos. Ariadne auf Naxos es, en cierto modo, una ópera sin protagonistas claros: para entender su desarrollo y su intención nos resultan tan importantes papeles secundarios como las tres ninfas que acompañan Ariadne en su prisión de Naxos -Núria Vilà, Sonia de Munck y Anaïs Masllorens-, el maestro de danza o el compositor -José Antonio López y el doble cast de Samantha Hankey y Paula Murrihy-, que representan las dos maneras, la seria y la cómica, de entender la ópera.
Argumento
El hombre más rico de Viena ha organizado una velada especial en su casa; antes de que la noche concluya con un espectáculo de pirotecnia, en el salón se representarán dos obras: una pieza humorística del estilo commedia dell’arte y Ariadne auf Naxos, una ópera seria según la tradición del siglo XVIII. El contraste, ahora bien, crea tensión y hostilidad entre las dos compañías, porque se trata de dos estilos de teatro musical que surgieron al mismo tiempo pero que, con el paso de los siglos, se han ido distanciando. La compañía de ópera seria no quiere mezclarse con la otra, a la que tacha de vulgar, y así empiezan los roces y los desprecios. No obstante, ambos repartos deberán encontrar un punto en común, para que el hombre más rico de Viena decide a última hora que las dos obras se representarán al mismo tiempo, porque necesita que todo termine antes de que empiecen los fuegos artificiales.
LiceUnder35
El Liceu programa una función LiceUnder35 de la ópera Ariadne auf Naxos de Strauss el 23 de septiembre a las 19h con un excelente reparto formado por Johanni van Oostrum como Ariadne,
Sara Blanch como Zerbinetta, entre otros. El director Josep Pons será el encargado de dar vida a la partitura de Strauss con la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceu. Las entradas a la venta estarán disponibles a partir del 8 de septiembre a un precio único de 20 €.
Medidas de seguridad
El Gran Teatre del Liceu ha velado desde el inicio de la pandemia por una cultura segura arriba y abajo del escenario, articulando medidas para público y artistas que garanticen la correcta ejecución de las restricciones decretadas por las autoridades, así como el protocolo desarrollado por el propio Teatre validado por Procicat y que se actualiza según la evolución de la situación sanitaria.
De acuerdo con la normativa vigente, el Gran Teatre del Liceu continúa con un máximo de un 70% de su aforo. Además, el Liceu finalmente se ha visto obligado a reubicar sus abonados y compradores individuales para las funciones de Ariadne auf Naxos para mantener una butaca de separación entre grupos burbuja asegurando así a distancia de seguridad obligatoria que exigen las autoridades sanitarias.
Para preservar la seguridad, el Liceu mantiene el resto de medidas de su protocolo: uso obligatorio de la mascarilla, dispensadores de gel hidroalcohólico distribuidos por todo el Teatre, entrada y salida escalonada para evitar aglomeraciones, desinfección y ventilación diaria del edificio, entre otros. Los programas de mano y hojas de reparto seguirán siendo gratuitos y descargables para evitar posibles contagios con objetos.
El Liceu ha renovado la certificación 'Global Safe Site' de Bureau Veritas, que valida la correcta implementación de las medidas de seguridad y prevención frente la covid-19.
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Foto: Josep Pons