Pocos conocen que el grandísimo director americano es igualmente el compositor de muchas de las músicas de sus películas.
En una entrevista de hace unos años, cuando “sólo” tenía 78, es decir, cuando preparaba dos grandes films como El intercambio y Gran Torino, le preguntó Clint Eastwood a su mujer: "Estoy dirigiendo y produciendo dos películas a la vez, actúo en una de ellas y estoy componiendo música para ambas. ¿Por qué demonios hago todo esto?". La respuesta parecía sencilla y no pudo evitar reírse al encontrar la respuesta: "Porque me gusta…".
Es un hecho no conocido que el primer amor de Eastwood no fue el cine, la actuación o la dirección, sino la música, y en concreto, el jazz. En el instituto se apuntó a clases de teatro, pero lo que le interesaba de verdad era tocar el piano: "Tocaba hasta que le sangraban los dedos", aseguraba un amigo suyo de aquella época.
Durante aquellos años escuchó en directo a algunos de los grandes de entonces, incluyendo a Charlie Parker, a quien inmortalizaría años más tarde en Bird, la película que le convirtió por fin en un director respetable para la crítica. Y una de las grandes películas con temática de jazz.
Si sus melodías son sencillas y su música no tiene ninguna complicación, es la facilidad de emocionar al espectador y su adecuación con la imagen la que hacen que su música sirva a la imagen (un piano de fondo, una sencilla melodía), como lo hacían los grandes directores, tipo John Ford.
Hoy 31 de mayo, Clinton “Clint” Eastwood Jr. (San Francisco, California; 31 de mayo de 1930) cumple 90 años, y desde RITMO queremos felicitar a este grande de Hollywood.